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foto: sebastián castañeda

Comisario Europeo del Clima habla claro

En conversación con La Mula cuenta algunos entretelones de la negociación en la COP 20 y expresa los puntos de vista europeos

Publicado: 2014-12-11


“Las negociaciones están en un momento complicado”, dijo Miguel Arias Cañete, Comisario Europeo del Clima y Energía a La Mula, en una breve conversación sostenida en la COP 20. Según él, el borrador germinal del documento de Lima, el que alumbrará al nuevo acuerdo global de París 2015 (COP 21) tenía dos páginas, pero se detuvo en un párrafo y “pasó a tener 52 páginas”. No había acuerdo en torno a si meter en un solo paquete la Mitigación y la Adaptación.

“En algún párrafo hay 11 opciones distintas”, añadió y dijo que esperaba que ese documento se simplificara, porque a nivel político, el de las decisiones, resultaba difícil de manejar. La diferencia en torno a Mitigación y Adaptación estribaba, según el funcionario, en que “la adaptación no es cuantificable” y, por lo tanto, no es algo que pudiera ir en las Intenciones de Contribución Nacionalmente Determinadas (INDC, por sus siglas en inglés).

Es decir, que no era posible prever en las INDC, que son las cuotas voluntarias que cada país pone para reducir sus Gases de Efecto Invernadero (GEI), un concepto difícil de medir como la Adaptación. “Nosotros queremos que el acuerdo sea vinculante”, también sostuvo Arias Cañete, El miembro del Partido Popular de España, quien ahora ejerce ese cargo, insistió también en que dicho instrumento, que debe ser gestado en la COP 20 de Lima y nacer París, sea “transparente”.

También perdurable, algo en lo que coincide con Estados Unidos, que, sin embargo, no acepta el término ‘vinculante’, con el cual parece tener distancia estratégica que la UE no tiene. A pesar de eso, y como ya había sido declarado antes por fuentes de este gravitante bloque regional, los europeos ven con expectativa e interés lo anunciado por la administración Obama y China, unos pocos días antes de la cumbre de Lima. Aquello de hacer ‘contribuciones’ por cuenta propia.

Estados Unidos entre 26 y 28% de sus emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) con respecto a los niveles del 2005, mientras que China poniéndose un tope de emisiones al 2030. La UE, en cambio, más audaz, se ha propuesto reducir sus GEI en 40% para el 2020. Con ello trata de revertir algunas críticas que recibía en los últimos años, por parte de grupos ambientalistas de la región (como Ecologistas en Acción), y a la vez de marcar la cancha del debate climático.

Arias Cañete reiteró su punto de vista en torno a cómo han cambiado el mundo desde 1992, cuando se crea la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC). A saber, que hay Estados que antes no podían ayudar tanto (en el financiamiento de la lucha contra el cambio climático), pero ahora están en otra situación. “Han cambiado los parámetros de comparación”, dijo, como recordando los tumbos económicos de los últimos años.

“Con crisis o sin crisis –añadió- la Unión Europea son el mayor proveedor mundial de ayuda al desarrollo”. Hay realidades que sustentan la imagen de este bloque como uno de las locomotoras que intentan concretar los acuerdos climáticos. Para el Fondo Verde del Clima, por ejemplo, ha puesto ya 3,800 millones de dólares. Para 2050, su previsión sería reducir sus emisiones en un 80 a 95% por debajo de los niveles de 1990. La UE trata de pisar fuerte en el debate.

foto: sebastián castañeda

Es el tercer emisor de GEI a nivel mundial, con entre el 8 y el 10% del total, como recordó Arias Cañete. No es tanto en relación con los dos que lo preceden. En el 2012, según la propia Comisión Europea, China, emitía 9.900 toneladas de CO2; EEUU, 5.200 millones; mientras que la UE llegaba a los 3.700 millones. Como fuere, este bloque insiste en que el nuevo acuerdo global, que debe regir en el 2020, tiene que ser ‘vinculante’ y además posible de cuantificar.

El Comisario Europeo del Clima sabe que lo que se pone sobre la mesa son contribuciones, “lo que cada país puede ofrecer” como apuntó, pero aun así la UE apuesta por “un método de revisión regular y de fortalecimiento de los compromisos”. En otras palabras, que las INDC se conviertan en algo medible, de modo que vayan sumando a la lucha contra el cambio climático.

En el fondo, está el tope riesgoso de pasar los dos grados de aumento de la temperatura global, después de los cuales los efectos ya podrían ser irreversibles. “Europa se ha comprometido a ser una economía climática resiliente con baja emisión de carbono”, sostiene uno de los documentos de la UE repartido en la COP 20. La cantidad de conferencias de prensa que han dado hasta ahora en la COP 20 (4 hasta ahora, por lo menos) delatan su interés en influir y decidir.


Escrito por

Ramiro Escobar

Periodista. Especializado en temas internacionales y ambientales.


Publicado en

MeditaCOP

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